TODO tiene una historia. En algunos casos es dilatada y con mucho poso detrás, y en otros, irremediablemente más corta. La que tiene como foco un local comercial en el número 60 de la calle Mayor de Sangüesa, en pleno corazón de la ciudad, es de las primeras. No en vano, va unida al recorrido vital de cuatro generaciones a lo largo del último siglo. Sola Moda, que nació como Sola Hermanos, cumple este año 100 de existencia. Y esta tienda de ropa y complementos multimarca lo hace, como siempre, con el respaldo de sus clientes.

A sus 23 años, la sangüesina Maite Sola Alzueta se manifiesta dispuesta a mantener viva la llama comercial familiar. Y lo hace de la mano de su padre, Ángel Sola Jiménez, de 53 años, actual responsable de Sola Moda. “Esto lo he tenido siempre en casa y me gusta, sobre todo el trato con la gente. Pero no voy a negar que me da también un poco de respeto el tema de la gestión. Lo que tengo claro es que me daría mucha pena que no hubiera relevo generacional”, dice la joven, que estudió Sociología y lleva año y medio trabajando en la segunda tienda familiar, Lima Limón, con ropa más juvenil y que se inauguró hace 20 años, donde ha abierto perfiles en redes sociales.

La historia del centenario comercio textil se remonta a 1918. “Lo fundaron mi abuelo Cándido Sola y su hermano Vicente. Eran de Undués Pintano (Aragón) y tenían interés por abrir un negocio. Llegaron aquí tras formarse en Zaragoza”, explica Ángel Sola. Inicialmente abierta como Sola Hermanos, “era una tienda de telas, lo que había en esos tiempos”. Con el devenir de los años, el comercio pasó a la siguiente generación. “Cogió las riendas mi padre José Luis y lo llevó junto con mi madre, Mª Carmen Jiménez. Ahí ya evolucionó ofreciendo también ropa y confección, añadiendo además complementos”, repasa Ángel Sola.

El actual responsable del comercio reconoce que “quería tienda desde pequeño”. “Yo estaba siempre por aquí y deseaba trabajar en esto, pero mis padres me animaban a que estudiara e hiciera otra cosa, como mis hermanos (médico y abogado). Empecé Derecho y todo, pero nada. Quería ser comerciante de todas todas”, asegura.

Se inició “con fundamento” en la tienda a los 20 años, y poco después se cambiaba el nombre al comercio por Sola Moda. “Ya entonces hacía viajes, iba a comprar género, a ver muestrarios… Pronto desapareció el tema de las telas y
el de hogar que manteníamos (edredones…) y evolucionamos totalmente a confección”, explica.

En aquellos años, Ángel Sola aprovechó para formarse en escaparatismo, técnicas de ventas, gestión de negocios, etc. “Entonces no le veía mucha utilidad, pero después sí. Animo a quien quiera trabajar en esto a que se forme”. En estas últimas décadas, el local de Sola Moda, de 180 m2, ha sido objeto de varias reformas (“si te quedas atrás, malo”) y ha aumentado su oferta con otra tienda en el nº 48 de la misma calle, llamada Lima Limón (de 80 m2), “para público joven y con más rotación de producto”.

Optimismo y trabajo

En el centenario de la tienda, que se conmemorará en verano “de cara a la clientela y el vecindario”, Ángel Sola echa la mirada atrás y reconoce que “ha habido momentos mejores”. “Pero estamos contentos porque, pese a todas las circunstancias externas, seguimos teniendo buena respuesta de los clientes”, asegura, destacando además que “en los últimos años está aumentando la clientela que llega de Pamplona”. “Allí el negocio multimarca está bastante castigado y lo encuentran aquí, a apenas 30 minutos por autovía, junto con una atención cercana”.

Además, como cabecera de merindad que es Sangüesa, aparte de clientes locales también los reciben de la comarca y de zonas de montaña. “Soy optimista en el futuro inmediato, siempre que no bajemos el pistón”. “Hemos ofrecido siempre productos conforme a la demanda, pero sin volvernos locos en guerras de precios. Buscamos dar calidad, una oferta amplia para hombre y mujer, atención y disponibilidad total”, sentencia.

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